miércoles, 15 de junio de 2011

Una de memories: MY VINTAGE T-SHIRT

Hablábamos hoy de los recuerdos que nos traía una simple camiseta. Uff! menudo poder tenía para nosotros cualquier prenda, cualquier objeto... siempre y cuando fuese nuestra y , sobretodo, elegida por nosotros. De nuestra marca.

La creación de la identidad a edades tempranas es un hecho estudiado y por el que todos, absolutamente todos, hemos pasado (bueno, los de más de 20!). Crisis, angustía y sobretodo mucha confusión en una edad en la que la pertenencia a un grupo, a un colectivo, nos proporciona esa seguridad perdida gracias (o debido a ) al maravilloso efecto de las hormonas. La Adolecescencia.

Visto con la distancia que los años proporciona (sniff!!) es cierto que es un momento de aventuras, de emociones y de explosivas sensaciones. Tu imagen, tus amigos y tu círculo más íntimo (que normalmente excluye a tu familia..) son tu tesoro más preciado.

El "amor" a una camiseta, a una marca, a lo que representa para ti y, sobretodo, para tu colectivo es el fundamento básico para crecer , para vivir un día a día complicado y lleno de sobresaltos.

Marcas como Privata, Mistral, Pielsa, Dunlop, Lacoste, Marité François Girbaud... unas con más fortuna que otras, han sobrevivido o quieren volver a estar presentes de nuevo en nuestra civilización.

Qué historias!. Aún recuerdo la vez que convencí a mi madre para que me comprara una camiseta Mistral verde (por Dios, verde!!) que probablemente hoy no me pondría ni loca, pero que, por ser la primera, me pareció mi más lindo tesoro!. Y ni qué decir de cuando me regalaron las primeras Pielsa o los jeans the MFG. Por acordarme, recuerdo las primeras tiendas Mango, que se lanzaron a la aventura compartiendo espacio y gloria con otra marca que, posteriormente pasó a mejor vida y quedó Mango como lo que es hoy, una marca de fuerte posicionamiento internacional, aunque, a nivel de precio, era algo más cara de lo que hoy es.

Recuerdo que describíamos a todo el mundo detalladamente por las marcas y prendas que llevaban. Vamos, una actuación no tan alejada del Universo actual de "blogueras". Sí, eso éramos: unas blogeras de día a día (o de puño y letra, que era como se escribían las cartas y mensajes...).

En un comentario que veía hace unos días de mis amigas de la escuela, una comentaba la foto de final de curso de 8º de EGB (sí, soy de la época de EGB..!):

- "Y tú con tu sudadera Mistral que no te la quitábas ni aunque estuvíesemos a 30º". Puntualicemos, estábamos en Mallorca y sí, a 30º

Fa vint anys que tinc vint anys, decía Serrat. En un momento en el que casi rozo la cifra mágica, es cierto que miro con graciosa nostalgia el apego a mis piezas de ropa, a mis pequeños tesoros que con mucho ahínco y esmero ( o camelo?) conseguía que mis padres me compraran y fui construyendo mi "pequeño tesoro".

Y esto lo vivimos nosotros, como anteriormente oíamos a nuestros padres hablar de su graciosa (?) muñeca Mariquita Pérez. Los valores son los mismos; solo cambia el escenario.

La nueva generación repite sin cesar los patrones marcados, por lo que esto nos lleva a pensar que realmente el factor acción/reacción del ser humano está más patronizado (valga la redundancia) de lo que queremos aparentar. La libertad de acción, la búsqueda de nuevos caminos , se ve redirigida por nuestra manera de esquematizar las emociones que nos llevan, sin temor, a seguir vias ya marcadas por la propia gestión de nuestro ADN..

Pero si nos quitan la memoria de las sensaciones, de los olores, del tacto suave de una manta infantil o de la cálida sensación de un abrazo... qué nos queda?


Un vintage de emociones
Un tesoro en la memoria
Un recuerdo inolvidable.

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